¿A cuánto se podrá comprar el dólar libre este lunes tras la devaluación y el fin del cepo?
Tras la devaluación
La respuesta a la pregunta del millón de las últimas semanas llegó temprano de la mano de la crisis mundial desatada por la violenta suba de los aranceles del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
El interrogante sobre si el esquema del dólar subiendo al 1% mensual aguantaba hasta las elecciones de octubre tuvo una respuesta: "No".
El gobierno anunció el viernes que desde el lunes el mercado cambiario estará determinado por una banda con un precio piso de $1.000 y otro máximo de $1.400 y que ambos se moverían un 1% por mes.
En el nuevo esquema, las personas humanas podrán comprar y vender dólares libremente y el primer interrogante es cuál será el precio del dólar en el arranque.
Desde ya que nadie lo sabe y el Gobierno aspira que cotice lo más cercano al piso mientras que las primeras especulaciones de los operadores del mercado lo ubican cercano al precio de cierre del contado con liquidación del viernes, $ 1.336.
Si ese resultase el precio de arranque, el salto cambiario respecto del dólar mayorista ($ 1.078) sería de 24% y la devaluación del peso de 19,4%.
Establecer una banda de flotación saliendo del crawling peg en el que el dólar subía un 1% mensual representa para el Gobierno una jugada de, por lo menos, dos bandas importantes.
Por un lado, terminar con el fantasma de que el esquema cambiario se modificaría al día siguiente de las elecciones. El día D será a partir del lunes en los mercados.
Por otro lado, es claro que la banda de flotación sólo será posible de manejar si el Gobierno tiene un respaldo fuerte y ahora lo tiene en el Fondo Monetario Internacional y en los casi US$ 30.000 millones que el ministro Luis Caputo anunció el viernes.
Ese monto estaría compuesto por US$ 15.000 millones que el FMI desembolsaría este año, US$ 10.000 millones por la eliminación del dólar blend (era el 20% de las exportaciones, US$ 3.500 millones de organismos internacionales y US$ 2.000 millones de otra operación de REPO (préstamo) con bancos internacionales.
El tiempo dirá si los US$ 15.000 millones de desembolso anticipado del crédito por US$ 20.000 millones del FMI son realmente de libre disponibilidad, pero en el corto plazo un blindaje de dólar de esa magnitud resulta contundente para aquietar al mercado después de devaluar.
El FMI pidió flexibilizar la política cambiaria a cambio de financiamiento y el Gobierno, con reservas netas negativas por más de US$ 6.000 millones en el Banco Central accedió, pero logró un desembolso inicial importante que resultaría un argumento fuerte para calmar al mercado.
Ventaja para el Gobierno: ahora tiene más dólares. Interrogantes: el impacto inflacionario que tendrá el traslado de la devaluación a los precios de la canasta familiar: el 3,7% de aumento del costo de vida en marzo encendió una potente luz amarilla en el proceso desinflacionario al que apostó con firmeza el gobierno.
Desde el punto de vista del timing, la nueva regla cambiaría cuenta a favor de llegar en el comienzo del trimestre de oro de la liquidación de las exportaciones agropecuarias.
Si hasta el viernes existía la posibilidad de que los exportadores demoraran las liquidaciones y los importadores las apuraran ante la eventualidad de un salto cambiario, desde el lunes el proceso cambiará de sentido.
Otro tanto debería suceder con las reservas del Banco Central que venían en franca declinación y desde ahora el foco oficial está en recomponerlas.
La Argentina necesita unos US$ 12.000 millones para cumplir los compromisos con los bonistas este año y los próximos. Para eso necesitará acceder el mercado internacional, una posibilidad hoy vendada con una tasa de riesgo país mayor a los 900 puntos.
Pero los cambios son acelerados y sólo basta considerar que hace tres meses el riesgo país estaba en 500 puntos y una ventana para acceder a financiamiento se consideraba cercana.
La velocidad de los cambios y la intensidad de la crisis comercial a nivel global queda resumida en el ritmo de aumento de los aranceles dispuesto por Trump a China.
El 1° de febrero el arancel era de 10%, el 3 de marzo subió a 20%, el 2 de abril a 54%, el 8 de abril trepó a 104% y el 11 de abril aumentó a 145%.
China respondió subiendo a 125% el arancel para las importaciones de productos estadounidenses y dio por concluidos los aumentos.
Con las dos principales potencias del planeta jugando su suerte comercial de esa manera, el Gobierno argentino pone en marcha un nuevo esquema para definir nuevos valores para un ancla fundamental de la política económica como es el precio del dólar.
La suerte de la banda cambiaria no depende sólo del Presidente Milei ni del ministro Caputo aún cuando, con más dólares en el Banco Central el horizonte financiero se amplía. /Clarín