"Atrevida": matrimonio santiagueño se deshizo en apenas diez días porque él descubrió que ella vendía su cuerpo
El matrimonio pasó en pocos días de los proyectos de vida juntos a las peleas descarnadas por ver quién se queda con la casa y otras pertenencias.
Apenas 10 días después de haber dado el "sí quiero", una joven gastronómica santiagueña pulverizó su matrimonio con escándalo, restricciones e impedimento de contacto, al descubrirle su esposo una fragmentada doble vida nocturna, por vender su imagen en un sitio de contenido para adultos.
La "noticia" fue estampada en la firma del marido, de 20 años, con residencia en el Bº Campo Contreras. La contraparte, una joven de 22 años, quien de día trabajaba en una casa de comidas de avenida Núñez del Prado, y de noche su cuerpo agigantaba fantasías.
De acuerdo con el relato del hombre, mantenía una relación de novios con la chica desde hace siete meses. Tras superar lógicos claroscuros del amor, el 25 de marzo contrajeron enlace y fueron a convivir alquilando una casa en el Campo Contreras.
Sin precisar si fue obra de la casualidad o por sospechas, días atrás el joven inspeccionó el celular de su compañera de ruta y descubrió "que vendía contenido y ofrecía servicios sexuales a través de redes sociales".
Entre perplejidad y decepción, el fin de semana se lo reprochó y el contragolpe femenino fue: "¿Qué esperabas con esta crisis?". Y la única salida fue abandonar la vivienda. Al instante, la armonía se hizo añicos y ella se retiró a la casa de una familiar y retornó "por sus cosas" en la antevíspera.
Mal pensó el muchacho que su ahora ex pareja volvía a llevarse ropa y otros bienes. En su lugar, la mujer se presentó con una hermana, resuelta en no abandonar la casa, literalmente atrincherarse, por consejo de una amiga.
Sobrevino una situación muy tensa, ya que el denunciante también se encontraba con un amigo. La mujer se ofuscó y redobló apuestas. Le dejó en claro que ella no debía marcharse, sino él porque las leyes la protegían y otros argumentos "coucheados" por su amiga.
En los siguientes minutos, al mejor estilo de "La guerra de los Roses" (película sobre pelea de pareja), uno y otra repartieron tiros verbales de grueso calibre. Cero sutilezas, la mujer atacó a su recién "dejado" esposo, asestándole trompadas y patadas. Finalmente, dejó la vivienda con su hermana, con un ultimátum: "Esto no termina aquí y tendrás noticias mías".
La fiscal, Lucía González Farías, refrendó el domingo "prohibición de acercamiento", con lo cual ordenó a la joven gastronómica prudente distancia de su flamante ex esposo.
Éste ayer se habría trasladado a un consultorio médico, a fin de certificar las secuelas de la presunta agresión física, basamento de una nueva denuncia a ser interpuesta hoy o mañana. Al parecer, el denunciante está decidido a profundizar la avanzada legal en contra de su ex.
De la resolución de González Farías se desprende que sobre la mujer pesarían "restricción, impedimento de contacto y prohibición de acercamiento", al menos por los próximos 90 días.
Es decir intuitiva y previsora, la fiscal cortó por lo sano una posible guerra, contuvo un sinfín de insultos, ante lo imprevisible de las reacciones por venir en uno y otro, deslizaron al cierre los policías.
Además de las redes sociales propias, hay una plataforma de suscripción británica que posibilita a los creadores de contenido monetizar su trabajo directamente de sus seguidores, denominados "fanes".
Muy popular entre trabajadores sexuales, la plataforma también acoge a una amplia gama de creadores: chefs, entrenadores personales, músicos, terapeutas, etc.
Sutil y situando su reinado en una fina línea legal, la plataforma fue descripta por periodistas como un facilitador de la prostitución virtual; más críticas por alojar contenido de agresión sexual.
De todos modos, hay mujeres y hombres proclives a capitalizar personas resueltas en pagar por contenido explícito, anhelantes de compañía, conversaciones y/o facetas grises de la persona.
La plataforma nació en tiempos de la pandemia y hoy su apogeo no tiene techo. La ecuación es sencilla: más dinero, más apertura para ver, contemplar y monetizar cualquier fantasía. A su vez, los "adorados", toman sus recaudos para evitar que quienes pagan por esa "imagen" no invadan su cotidianidad. /El Liberal